En la infidelidad no se trata de sexo, ni siquiera de una historia de amor, va más allá... se trata de sentirse vivo.
El significado detrás de las palabras sentirse vivo en realidad va más allá del sexo... se trata de traspasar las propias limitaciones, los límites de la vida que uno ha vivido, las restricciones del matrimonio en el que uno está, la mortalidad que llama a la puerta. La esencia de la infidelidad es la transgresión.
En realidad se trata de romper las reglas, incluidas las propias, internas y externas. Y ese poder de transgresión en realidad lleva a las personas a sentirse vivas, libres, audaces y autónomas.
Cuando tienes una aventura, cuando engañas, haces algo que es sólo para ti, y sabes que no estás cuidando de nadie más, no estás siendo un buen ciudadano, un buen esposo/esposa y no estás siendo responsable.
Se trata de actuar fuera de la relación lo que no nos atrevemos a vivir dentro de ella, por miedo a perder el amor, la estabilidad, la seguridad económica, etc.
Y en realidad es muy sencillo: Las relaciones comienzan en el límite. Y los límites no se ponen fuera; empiezan dentro, en el lugar de contacto con uno mismo.
Para experimentar un contacto real, es necesario que sea consciente de mi anhelo de estar con alguien, pero a la misma vez, también es necesario ser consciente de mi contención, de mis miedos a una conexión profunda y verdadera.
Nos sanamos mutuamente en el contacto, en el límite. A menudo confundimos el contacto con la unión o la cercanía. En este último, normalmente una de las personas (o ambas) se pierde, se abandona para estar en contacto. El contacto se crea cuando ambas personas son más de sí mismas y desean encontrarse con el otro en su realidad, en su verdad.
El contacto real sólo puede darse entre seres separados, lo que exige siempre independencia y el riesgo de perderse en la unión.
Así que todo lo que se dice sobre atreverse a vivir nuestra verdad dentro de la relación (para no necesitar buscar fuera lo que falta), a menudo se reduce al simple acto de expresar nuestro "NO" y nuestro "SÍ". Es más fácil decirlo que hacerlo. Para encontrar el verdadero NO, tenemos que encontrar el verdadero SÍ y viceversa. La vulnerabilidad es la voluntad de decir NO; la fuerza que necesito para decir NO a cómo el otro quiere que sea.
Y la incapacidad de decir NO tiene que ver muchas veces con el miedo a perder el control. Si el otro quiere que haga algo y yo digo que SÍ (aunque no quiera) al menos tengo el control: Sé cómo se va a sentir el otro, cuál va a ser el resultado, qué puedo esperar del resultado e incluso sé cómo me voy a sentir yo.
Si me arriesgo a decir NO, estoy perdiendo el control porque no sé cómo va a reaccionar el otro y cómo me voy a sentir yo en función de su reacción. Por lo tanto, expresar el NO no sólo tiene que ver con el miedo al rechazo, al abandono o a la humillación, sino también con el miedo a perder el control. Así que al final se trata de confiar en el otro y en la vida. Y ahí se cierra el círculo: no nos atrevemos a expresar nuestro NO, por lo que nos traicionamos a nosotros mismos en primer lugar; y una vez que nos hemos traicionado a nosotros mismos, es un pequeño paso y cuestión de tiempo traicionar al otro.
En definitiva, proteger mis límites es satisfacer mis necesidades. ¿Y cuál es nuestra necesidad más profunda en la vida? La conexión. Sí, la conexión con la pareja, conexión con otros seres y conexión con la vida... sentir la realidad, la fuerza vital que fluye a través de mí...
Nuestro mayor anhelo como seres humanos es sentir la vida fluyendo a través de nuestros cuerpos, dando alas y expresión a nuestras almas.
Preguntas para la reflexión
¿Qué partes de ti mismo no estás viviendo y expresando en tu relación? ¿Qué miedos, vergüenzas, ansiedades, preocupaciones, alegrías, deseos vitales y sexuales no compartes con tu pareja?
¿Te resulta fácil sentir y expresar tus necesidades? ¿O estás más acostumbrado a sentir las necesidades del otro y hacer algo para satisfacer a tu pareja?
¿Qué expectativas tiene tu pareja de ti? ¿Qué expectativas tienes tú de tu pareja? ¿Qué partes de ti que no obtienes de tu pareja satisfaces fuera de tu relación?
¿En qué situaciones no expresas tu "SÍ" o "NO" para crear una "falsa" confianza/seguridad? ¿Qué intentas controlar?
¿Qué es lo que sigue?
En el próximo artículo profundizaremos en el tema de la confianza. Veremos de qué manera el desconocimiento de nuestras necesidades reales y la falta de expresión de nuestra vulnerabilidad crea relaciones basadas en un "falso yo".
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Fuentes / Sugerencias de lectura
Charla de Erena Bramos sobre "Límites" en el Instituto de Core Energetica de Grecia.
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